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En este apartado nombraremos los estresores relacionados con el medio ambiente físico donde se realiza un trabajo y como ello repercute en la salud y bienestar del operador y de la organización.

 

Señalaremos los principales estresores del ambiente laboral físico que han recibido una atención considerable en la investigación psicológica y ergonómica y en la desarrollada en el ámbito de la Salud Laboral: ruído, vibración, iluminación, temperatura, higiene, toxicidad, condiciones climatológicas, y disponibilidad y disposición de espacio físico para el trabajo.

 

Estos estresores también han sido denominados estresores múltiples y del obrero. Obviamente preferimos la acepción de estresores del ambiente laboral, señalar que el abordaje de los mismos es principalmente realizado por la Higiene Industrial, aunque la Ergonomía se ha ido introduciendo progresivamente en las mediciones y adopción de medidas correctoras en éste ámbito, pasemos a describir algunos de ellos:

 

·         Ruido

Diversas investigaciones mostraron que las condiciones desagradables de trabajo debidas al ruido inciden negativamente en el nivel de satisfacción, la productividad y la vulnerabilidad a los accidentes, e incrementan la tasa de errores.  El ruido interfiere en la actividad mental, provocando fatiga, irritabilidad y dificultad de concentración.

El ruido es fuente de estrés cuando nos distrae, bien sea intermitente o excesivo, impide nuestro proceso de pensamiento normal, y nos genera sensaciones de frustración y problemas de concentración (pinche aquí y compruébelo).

Altas intensidades de sonido producen el enmascaramiento de otras señales relevantes (por ejemplo, indicadores de peligro, avisos verbales) contribuye a incrementar la probabilidad de accidentes y reduce las posibilidades de comunicación en todas las direcciones en el puesto de trabajo.

A nivel de investigaciones: Se ha comprobado que la introducción de protectores reduce la tasa de accidentabilidad (Cohen, 1.976). Bajo condiciones de ruido se ha constatado una reducción de las conductas de ayuda, actitudes más negativas ante los otros y más hostilidad abierta (Jones, 1.983).

En ocasiones nos adaptamos al ruido, pero es una respuesta al estrés con lo que si es continuada generará daño, también será menos estresante el ruido excesivo esperado que el que no podemos tener controlado.

El ruido es un estresor incluso a niveles más bajos de los que producen daños auditivos: genera fatiga, irritabilidad, problemas de concentración, mayor número de errores y problemas en la comunicación interpersonal.

 

·         Iluminación

El hecho de trabajar en un ambiente considerado con una iluminación adecuada facilita el realizar trabajos que exijan esfuerzo visual, o mantenimiento de la atención, en el tiempo prescrito evitando fatiga y errores. Por lo que los diferentes aspectos de la iluminación (luminosidad, brillo y contraste) son relevantes tanto para el rendimiento como para la salud y el bienestar psicológico.

Una iluminación inadecuada en el trabajo tiene consecuencias negativas para la visión, dolores de cabeza, fatiga visual, tensión y frustración por resultar el trabajo más molesto y costoso (Poulton, 1.978).

 

La iluminación es un estresor que no controlado genera: fatiga, mayor número de errores, mayor tiempo de ejecución de las tareas y tensión - insatisfacción.

 

·         Temperatura

Influye sobre el bienestar de la persona (tanto por exceso como por defecto) y su sensación de confort. La temperatura en sus extremos exige un esfuerzo continuado de atención para no cometer errores. Trabajos que requieren decisiones críticas o discriminaciones finas son afectados en términos negativos por el exceso de calor. La destreza manual se deteriora en condiciones de baja temperatura siendo causa de accidentes (todos tenemos comprobado que trabajar a 40º C es muy cansado y agobiante, pero también a -5º por lo inútiles que nos podemos sentir).

 

La temperatura es un estresor que puede ser causa de accidentes al entorpecer el funcionamiento de las destrezas y capacidades mentales del operador.

 

·         Ambientes contaminados-Toxicidad

El conocimiento cada día mayor de los posibles efectos para la salud de trabajar con ciertos materiales tóxicos o en ciertos ambientes contaminados ha hecho que se adopten medidas preventivas pero también que se convierta en un estresor relevante al ser consciente el operador de con qué trabaja, aunque a medio plazo la reglamentación específica y la formación propiciará el uso de estrategias que eviten los riesgos. La incomodidad que produce el manejo de productos tóxicos o la forma en que el uso de los elementos protectores inciden sobre el rendimiento, el riesgo de accidentes o la satisfacción laboral, es también investigada.

 

Los ambientes contaminados y los productos tóxicos generan una tensión añadida que funciona como estresor y puede generar riesgos de accidentes e insatisfacción.

 

·         Disponibilidad y disposición del espacio físico para el trabajo

La falta de espacio físico, el tamaño excesivo de los espacios de trabajo o la inadecuación de los  mismos a las condiciones de trabajo y a los operadores  que allí trabajan puede ser un estresor importante en el trabajo.

La Psicología Ambiental, y en especial la Proxémica Ambiental  (término tomado de la antropología que estudia las conductas de territorialidad de los seres humanos, ¿cómo nos comportamos en un espacio físico en función de las características del mismo?) ha señalado el  papel estresor del hacinamiento, el aislamiento, la coactividad o de la falta de personas en un determinado espacio.

Determinados diseños del lugar de Trabajo (“condiciones físicas del entorno laboral que pueden observarse objetivamente, o registrarse o modificarse, mediante intervenciones de diseño arquitectónico, diseño de interiores y medidas urbanísticas”, Stokols, 1.998) y / o disposiciones espaciales en el trabajo en la fábrica o en las oficinas (directa atención al público, sin visión de otros operadores, sin orientación externa, distancia de otros puestos o centros de la empresa, vulnerabilidad , accesibilidad, tamaño del espacio, proximidad física de personas y máquinas, cerramiento físico del puesto, zonas de trabajo abiertas, ventanas cercanas, accesos a entorno naturales, alta densidad social, disposición interior, acceso a servicios y ocio, etc.) producen más estrés que otras por los comportamientos de territorialidad, la influencia de variables emocionales, los inconvenientes  que introducen en el desempeño del trabajo y los costes en movimientos, esfuerzo y pérdida de tiempo que representan (por ejemplo, no es lo mismo trabajar en una oficina de cara a una pared, aunque esté llena de pósters y con armarios a los dos lados, que trabajar de cara a los compañeros y con posibilidad de ver el exterior).

El diseño de los espacios de trabajo debería tenerse más en cuenta y no sólo como cuestión de racionalización de los procesos industriales o como imagen de la empresa, sino pensando que es un elemento no principal pero si relevante de insatisfacción en el trabajo.

 

La disposición de los espacios de trabajo es un estresor que fundamentalmente se víncula a situaciones de hacinamiento, aislamiento y coactividad, aunque otras variables de disposición espacial son fuente de insatisfacción, irritabilidad y menor rendimiento.

 

·         Vibración

Todos conocemos que las vibraciones pueden ser molestas (por ejemplo, intentar concentrarse al lado de un martillo neumático en funcionamiento), o la sensación de inseguridad de pasar por un sitio que se mueve o vibra (porque pasa el tren o el metro por debajo o cerca), de ello que se han constatado los efectos desagradables y molestos de las vibraciones e implicaciones negativas para el bienestar psicológico de los operadores expuestos a ellas.

 

La vibración puede ser un estresor fundamentalmente por su frecuencia e intensidad.

 

·         Higiene

La suciedad, los malos olores, el entorno polvoriento, el desorden generalizado, la falta de ventilación, la inadecuación de las áreas de descanso y las condiciones de mantenimiento de los sanitarios son aspectos que  producen insatisfacción, irritación y frustración.

 

 

 

La higiene es un estresor cuando las condiciones físicas del entorno y los compañeros son desagradables y notorias.

 

·         Condiciones climatológicas

Las condiciones climáticas molestas afectan al bienestar físico, a la moral, a la motivación y aumentan la vulnerabilidad a los accidentes.

 

El clima es un estresor en la medida que nos se adopten las medidas oportunas ya que no es un factor controlable.

 

 

En resumen, existen una serie de estresores que se relacionan con las condiciones físicas y ambientales del lugar donde desempeñamos nuestro trabajo, los más significativos son el ruido, la iluminación y la temperatura, pero obviamente existen otros como las vibraciones, la higiene, el clima, la disposición del espacio de trabajo y los ambientes contaminados que pueden ejercer un papel importante en el balance final de una evaluación de riesgos y en el grado de estrés percibido por el operador, incrementando los errores, los accidentes, la insatisfacción y la fatiga.